POR QUé LA UNIóN ENTRE PRAMAC Y YAMAHA ES LO MEJOR PARA TODAS LAS PARTES

Ducati optó finalmente por retener a Marc Márquez en vez de darle vuelo a Jorge Martín, que se enfundará en el mono de la marca de Noale a partir de 2025. Estos movimientos tendrán una influencia determinante en los planes de futuro de Pramac, que valora muy seriamente dejar de competir con las motos de la compañía de Borgo Panigale, con quien forma tándem desde 2005, para satisfacer los deseos de Yamaha.

El constructor de los tres diapasones lleva dos años lamentando el no haber renovado su acuerdo con RNF, que le hizo perder dos de las cuatro M1 que tenía en pista hasta 2022. Aquella decisión, en el contexto actual del campeonato, en el que Ducati ha logrado marcar la diferencia gracias a la cantidad de datos que recoge y analiza de sus ocho Desmosedici, tuvo un impacto enorme en los resultados del equipo de Iwata, que pasa por uno de los peores momentos de su historia moderna: figura penúltimo en la tabla reservada a los fabricantes, solo por delante de Honda, y su única escudería es la antepenúltima.

A diferencia de HRC, Yamaha sí se está moviendo en direcciones hasta ahora inéditas. Ha incorporado a Max Bartolini en la dirección técnica y a Marco Nicotra en la de aerodinámica, ambos fichados de Ducati. A pesar del nuevo enfoque que están aportando, y de las nuevas dinámicas de trabajo introducidas, los dos agradecerían poder doblar el número de prototipos de los que analizar información.

Lin Jarvis, el máximo ejecutivo de la división deportiva de la firma nipona, dejará su puesto a final de este curso. El británico se marcó dos objetivos antes de dar un paso al lado. El primero, conseguido antes de comenzar el Mundial, era el de renovar a Fabio Quartararo. El segundo, recuperar la formación satélite. "Sería lo mejor para el campeonato y también para Yamaha", reconocía el propio Jarvis, en una charla mantenida en Austin con Motorsport.com. "Diría que tendremos una respuesta alrededor de Mugello", anticipaba el directivo.

La relación entre Paolo Campinoti, propietario de Pramac, y Gigi Dall'Igna, director general de Ducati, se ha deteriorado hasta el punto de ser inexistente

Foto de: Gold and Goose / Motorsport Images

Motorsport.com entiende que fue precisamente en Texas, y sin Jarvis tener una incidencia directa en el asunto, donde las relaciones entre Pramac y Ducati comenzaron a tensarse seriamente. Campinoti, el propietario de la escudería toscana, tiene en su mano la posibilidad de ampliar, dos años más (hasta 2026), el acuerdo con el que mantendría su estatus de único equipo con apoyo de fábrica por parte de la fábrica boloñesa, con lo que se deriva de ello: dos Desmosedici de la última especificación, idénticas a las que pilotarán Márquez y Pecco Bagnaia.

Sin embargo, Ducati, en su afán de contener el gasto en MotoGP, que se ha vuelto a disparar, considera que hay opciones más interesantes. La más seductora colocaría a VR46 en el lugar de Pramac. Eso es, precisamente, aquello que molesta a Campinoti, que cree no merecerse ese trato por parte de Ducati, después de tantos años de remar y remar, cuando los resultados no salían como sí lo hacen ahora. "El riesgo de perder a Pramac es real", confirmaba Gigi Dall’Igna, director general de Ducati, a finales de la semana pasada, en declaraciones a Sky.

Durante el pasado Gran Premio de Italia, Gino Borsoi, team manager de Pramac, dio por sentado que su escudería se quedaría con esas dos GP25. No obstante, Mauro Grassilli, director deportivo de Ducati, dejó claro solo unas horas más tarde que Pramac todavía no había ejecutado oficialmente esa cláusula. "Hemos trabajado mucho desde principio de temporada con la intención de seguir dos años más, pero aún no tenemos la confirmación por escrito. La queremos lo antes posible", comentó Grassilli.

Antes de jubilarse y tras atar la renovación de Fabio Quartararo, Lin Jarvis quiere recuperar un equipo satélite para Yamaha

Foto de: Yamaha

Motorsport.com entiende que la renovación del contrato entre ambas partes es automática, y que Pramac solo debería informar en caso de querer romperlo, antes de finales de julio. Y dado el enojo que lleva Campinoti, no sería de extrañar que esperara hasta el último minuto para desvelar sus planes a Ducati.

Llegados a este punto, después de que Martín haya atado su futuro al de Aprilia y sin pasar por alto el hartazgo de Campinoti, no sorprendería a nadie que la posibilidad de aceptar la propuesta de Yamaha haya tomado mucho más cuerpo que la de seguir con Ducati. Sobre todo, porque retener esas GP25 significaría la obligación de hacer frente a una importante inversión, sin que eso asegure, como hasta ahora, poder pelear por podios, victorias y títulos: el adiós del #89 implicaría tener que buscar un recambio que formara pareja con Fermín Aldeguer, que el próximo ejercicio debutará en MotoGP.

Con ese panorama, no resulta extraño que haya quien considere que la inversión tiene cierto riesgo. Por el contrario, la necesidad fuerza a Yamaha a ofrecer unas condiciones mucho más ventajosas en todos los aspectos, aunque el momento de dar el 'sí' es ahora.

Por su parte, VR46 ha variado su estrategia. Hasta hace un par de meses, Uccio Salucci reivindicaba sus deseos de asumir un papel más protagonista dentro del espectro de Ducati. Ahora, la discreción se ha impuesto como norma, sabedores tanto Salucci como Pablo Nieto, el team manager de la tropa de Tavullia, que el tiempo y la crispación existente están de su lado.

Franco Morbidelli, Pramac Racing, recibe los ánimos de Valentino Rossi, patrón de VR46

Foto de: Gold and Goose / Motorsport Images

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