FIAT UNO TURBO Y OTROS 'TURBO' DE LOS AñOS 80 Y 90

Los 'cohetes de bolsillo' de hace casi cuarenta años era deportivos en miniatura casi demasiado potentes para su peso pluma.

No se puede negar: los pequeños deportivos de los años ochenta y principios de los noventa eran, y siguen siendo, 'pequeñas bombas' que podían hacer mucho daño si se conducían sin demasiado criterio.

No son pocos los conductores jóvenes y algo temerarios que han experimentado de primera mano los peligros de estos concentrados de potencia y ligereza que hace cuarenta años muchos llamaban "cajitas" o "ataúdes con ruedas".

Sin embargo, incluso después de tantos años, la fascinación por estos pequeños deportivos sobrealimentados sigue siendo innegable. Nombres como Autobianchi Y10 Turbo, Fiat Uno Turbo, Ford Fiesta RS Turbo, MINI Turbo De Tomaso, Renault Supercinco GT Turbo y Volkswagen Polo G40 siguen haciendo soñar a los entusiastas de la conducción.

En este primer episodio, empezamos a conocer más de cerca a los italianos Autobianchi Y10 Turbo y Fiat Uno Turbo. De los demás, incluido el legendario Peugeot 205 GTi, nos ocuparemos en el segundo episodio.

Autobianchi Y10 Turbo

Siguiendo un estricto orden alfabético, empezamos con el Autobianchi Y10 Turbo de 1985, que utiliza un motor de cuatro cilindros "mil" (1.049 cm3 para ser exactos), sobrealimentado por una turbina IHI con intercooler y válvulas de escape tratadas con sodio.

Pero lo bonito de este coche no son tanto las características del motor, por interesantes que sean, sino las cifras más generales de su ficha técnica. Sí, porque si 85 CV y 122 Nm te parecen poco, no olvides que el peso era de sólo 840 kg, mientras que la distancia entre ejes medía 2,15 metros y la carrocería 3,39 metros de largo, 1,5 metros de ancho, como los demás Autobianchi Y10.

En resumen: había potencia suficiente para desafiar a lo que de hecho era un auténtico coche urbano, pero que podía alcanzar una velocidad máxima de 178 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en 9,5 segundos. Prestaciones aparte, ¿quieres poner en perspectiva el alborozo que da el perfil rojo de los paragolpes, las llantas sobredimensionadas, el volante deportivo y muchos otros detalles, pero sobre todo la inscripción 'Turbo' en la base del lateral?

Inolvidable, en este sentido, fue la versión Martini. Sentirse piloto de carreras era cuestión de instantes, una mirada y un 'splash'.

Entre 1985 y 1989 se fabricaron unos 2.500 Autobianchi Y10 Turbo, que hoy en día tienen un valor de más de 10.000 euros para coches en excelente estado, es decir, perfectamente conservados o restaurados.

Fiat Uno Turbo i.e.

El Fiat Uno Turbo i.e., también de 1985 y también con tres puertas, era un poco el hermano mayor del Y10 en el sentido de que era más grande y más potente, además de tener inyección de combustible en lugar de carburadores.

Producido durante nueve años, también sufrió un importante restyling. Pero empecemos por el principio y con una cifra: 845 kg, sólo 5 más que el Y10 con una potencia de 105 CV y un par de 147 Nm. Si el Y10 era relativamente rápido, el Uno simplemente era más rápido: 200 km/h de velocidad máxima y 8,3 segundos para esprintar de 0 a 100 km/h.

Superado por el Peugeot 205 GTi 1.6 (196 km/h y 9,1 segundos), también era superado por el Volkswagen Golf GTI 1.8, más grande (188 km/h y 9,6 segundos); sólo el Renault 5 GT Turbo iba más rápido, en virtud de sus 115 CV, para 201 km/h de velocidad máxima y 8 segundos para el 0 a 100 km/h. El motor del Uno era un cuatro cilindros de 1.300 cm3 derivado del 128, al que los ingenieros añadieron una turbina, inyección y encendido electrónico, y lo acoplaron a la caja de cambios manual de cinco velocidades del Ritmo 105 TC.

"Las llantas de 13 pulgadas (con tapacubos Abarth) con neumáticos 175/60 son "conmovedoras". Hoy en día, neumáticos como éstos prácticamente sólo se fabrican para coches históricos. El rojo y el negro son los colores dominantes en el interior, mientras que el exterior es un alboroto de Turbo, es decir, de letras: hay placas delante, en el lateral, y detrás.

Pero era la conducción lo que le hacía merecedor de la fama de la que hablábamos al principio: el Uno Turbo i.e. tenía que gestionar muchos CV y par motor, en relación con las capacidades de su chasis. Por eso, cuando pisas a fondo el acelerador, el Uno no sólo subviraba, sino que trazaba una auténtica línea recta sobre el asfalto. Y si por casualidad levantabas demasiado el pie, inmediatamente transfería el peso hacia delante hasta querer adelantarte con las ruedas traseras... El Uno Turbo, es decir, exigía respeto y capacidad de conducción.

Producido en unos 20.000 ejemplares y en dos series sobre la base del Fiat Uno en los años 1985-1989 y 1989-1993, el Fiat Uno Turbo puede intercambiarse hoy por cifras de hasta 20.000 euros por coches prácticamente perfectos.

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