Los aficionados del gigante alemán Volkswagen quedaron estupefactos en 1979 cuando vieron el primer Volkswagen Golf Cabriolet. "¿Esta cosa va a sustituir al amado Escarabajo descapotable?" El modelo fue conocido como 'cesta de fresas' debido a la barra antivuelco instalada sobre los asientos delanteros, que parecía un asa.
A pesar de las profecías catastrofistas, el Golf I Cabrio de Volkswagen se convirtió en un éxito de ventas y de la línea de producción de Karmann salieron 388.522 ejemplares del modelo en sus 14 años de existencia. Debido a que el modelo era demasiado reciente cuando salió el Golf II, nunca hubo un Golf II Cabriolet.
El segundo Golf descapotable llegó ya en la tercera generación del mítico compacto alemán, el Volkswagen Golf III Cabriolet. Su debut en 1993 marcó un punto de inflexión en términos de seguridad.
Por un lado, se mejoraron notablemente las características de protección ante impactos. Por otro lado, se introdujeron nuevos avances técnicos en varios frentes. Entre ellos, los airbags frontales, los frenos antibloqueo (ABS) y la protección contra impactos laterales.
Y, por supuesto, el nuevo modelo también contaba con una enorme barra antivuelco entre los montantes B. El último desarrollo de esta barra ofrecía ventajas tangibles además de la seguridad: el guiado más preciso de las ventanillas laterales reducía el ruido interior, el techo cerrado reposaba mejor sobre ella y el deflector de viento tipo persiana tenía un punto de fijación superior perfecto.
La apertura y el cierre del techo eran ahora electrohidráulicos a petición del cliente y requería menos de 20 segundos. Al igual que el Golf I Cabriolet, el sucesor basado en la tercera generación del Golf se convirtió rápidamente en un éxito de ventas: dos años después del inicio de la producción, ya se habían vendido más de 70.000 unidades.
La gama de motores consistía en bloques de gasolina de entre 1,6 y 2,0 litros con entre 75 y 115 CV. Nada más. Ni siquiera el VR6. El primer motor diésel en un descapotable fue una primicia en 1995: el 1.9 TDI estaba disponible inicialmente con 90 CV y más tarde con 110 CV. En cuanto al precio, costaba alrededor de un 25% más caro que el equivalente cerrado.
Volkswagen había aprendido del error del inexistente Golf II Cabrio y recurrió a un truco para rejuvenecer el Golf III descapotable. Cuando la cuarta generación del Golf debutó en 1997, las tecnologías de propulsión y el diseño del frontal se transfirieron al Golf III Cabriolet a partir de la primavera de 1998 (hace 25 años, otro aniversario), que de este modo había madurado oficialmente hasta convertirse en el Golf IV Cabriolet.
Con un consumo de 5,2 litros de gasóleo cada 100 kilómetros, el Golf TDI Cabriolet avanzó hasta convertirse en uno de los coches descapotables más económicos del mundo. En 2001, la historia del Golf Cabriolet, que comenzó en 1979, llegó a su fin.
Durante ese tiempo, se construyeron 684.226 unidades. Desde 1996 hasta principios de 2002, el Golf Cabriolet se fabricó en paralelo -para el mercado norteamericano- en la planta mexicana de Puebla. La planta produjo 83.628 Golf descapotables.
Ya en 2011 volvió a aparecer un descapotable en la familia, el Golf VI Cabriolet, que existió hasta 2016, y fue el último Golf Cabrio hasta la fecha.
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